Me querés sacar de tu vida. Me querés sacar ahora
que tengo dientes de todos los tamaños para cada una de nuestras
conversaciones. Me querés sacar y te olvidaste de nuestros sancos para saltar a
todo color.
Me querés sacar de tu vida cuando ya nos
salimos. Nos amurallamos al revés y quedamos afuera. Nos hicimos días a la
medida de todo lo que podrá ser. Y fracasamos en eso de guardarnos para mañana.
Me querés sacar diciéndome desde lejos que todo
es así, como el amor, que también va a pasar, que ya va a llegar, que me fui.
Justo ahora que habíamos aprendido a mudarnos de las casas adornadas con lo viejo.
Si yo te
dije mi nombre fue para que supiéramos salir corriendo a tiempo y nos dejáramos
tendidos bajo el mismo sol.