lunes, 1 de abril de 2013

Instrucciones para dejar de escribir


1-Salir de noche minutos antes de que todo cierre. Comprar empanadas. Sentarse en la vereda y mirar la calle. Sonreírse como si estuviera ahí.
2- Escribir una carta a una persona vista sólo una vez. Confesarle una pasión inexistente por la navegación a vela. Enviársela a un amigo.
3- Desnudarse. Sacarse fotos. Quedarse dormido.
5- Encerrarse en el baño y cantar: La espuma es una red que me permite flotar.
6- Dejarse crecer las palabras. Depilarlas con dolor.
7- Cumplir años. Festejarlo. No invitar a nadie. Volverlos a cumplir.
8-Escribir un libro en una noche. A la noche siguiente cantarle una canción de cuna. Descansar al tercer día.
9- Tomar café. Espiar la bondad ajena.
10- Planificar vivir hasta los 10 años. Resucitar al día siguiente. Cerrar los ojos y respirar a escondidas.

jueves, 6 de septiembre de 2012

Tu vocación



Tuve que mirar cuando todavía estaba reconociéndome por mi olor.
Nadie notó que vigilaba tu alegría. La mirada fija en el gesto que quisiera ser una oración.
Un día me dijiste que tu vocación no era otra más que el aliento. Y me fui.
Cómo será ser primero pez, antes agua, después barro y al final saberse un soplo.
Cómo recordaremos nuestro perfil cuando seamos tan castos como estatuas.

lunes, 2 de julio de 2012

Me querés


Me querés sacar de tu vida. Me querés sacar ahora que tengo dientes de todos los tamaños para cada una de nuestras conversaciones. Me querés sacar y te olvidaste de nuestros sancos para saltar a todo color.
Me querés sacar de tu vida cuando ya nos salimos. Nos amurallamos al revés y quedamos afuera. Nos hicimos días a la medida de todo lo que podrá ser. Y fracasamos en eso de guardarnos para mañana.
Me querés sacar diciéndome desde lejos que todo es así, como el amor, que también va a pasar, que ya va a llegar, que me fui.
Justo ahora que habíamos aprendido a mudarnos  de las casas adornadas con lo viejo.
Si yo te dije mi nombre fue para que supiéramos salir corriendo a tiempo y nos dejáramos tendidos  bajo el mismo sol. 

domingo, 24 de junio de 2012

Tenés tiempo


Todavía tenés tiempo de no llamar a nadie. De hacerte caso y comer sólo cosas amarillas.
Te olvidaste del tiempo en que eras sólo hijo y andabas feliz para acá feliz para allá.

martes, 19 de junio de 2012

Todos los cumpleaños, todos


Todos los cumpleaños son mi cumpleaños. Te lo robé, pero donde vivimos no existe el perdón. En cambio me senté en tu sillón y no paré de reirme y la gente se reunía como si ese fuera el cumpleaños. Vos viste, no ahorré ningún espectáculo, hasta sangre hubo. Algo se tenía que romper además de yo.
Todos los cumpleaños son mi cumpleaños. Yo estaba por no ir.
Todos los cumpleaños son tu cumpleaños. Y es loco porque llegaste pasadas las 12 y ya todos creían que el cumpleaños iba a ser eso. Bien te encargaste de hacerles saber que no ¿Viste la foto de mi cumpleaños? Está la mesa llena de cosas. Hay mate, coca, licor de frutilla, agua tónica, cerveza, saque, vino.
Todos los cumpleaños son tu cumpleaños.
No estuviste esa noche, pero me hubieras visto. Llevamos el cajoncito porque no había más lugar donde sentarse. Y a alguien se le ocurrió abrirlo. Y empezaron a sacar los juguetes de a uno y yo tenía que contar una historia sobre cada uno. Este se llama así, lo podés mover así, o así. Y si lo ponés así y si lo hacés hablar es un diputado.
Todos nuestros cumpleaños fueron sus cumpleaños. Por eso la gente entraba y salía y nosotras parecía que nos quedábamos. Capaz que también estábamos en otro. Será por eso que me quedé dormida mientras todos festejaban.
Su cumpleaños es también su cumpleaños. Y nos lo hizo saber muy bien. Nos cantó, nos cuidó. Como era de esperar, nos asombró. Conmigo se dedicó, me llevó a su pieza a explicarme ropa por ropa que era nuestro cumpleaños.
Todos nuestros cumpleaños van a ser nuestros cumpleaños.

miércoles, 23 de mayo de 2012

Poema para mas allá o acá del tiempo


Que no te toque me pedís. Y vamos  a ver cómo si al menor descuido de la gente nos encerramos en tu habitación y me saltás encima.
Entonces esto es amenazarse con amor. Y acá siempre se pierde. Y del otro lado no vamos a quedar dos.
Fijáte cómo vas haciendo hasta que tengamos una casa en el aire y vos te vuelvas aviador y yo te deje caer en paracaídas.
Te lo digo para que después no digas Ahora lo que te pasa está tan lejos que lo puedo leer. Acordáte, yo también estuve ahí. Y aunque no me viste ni se lo dije a nadie, lloré.
No es eso. No es que no hayamos notado a tiempo que cada uno a su tiempo asistió a lo mismo. Es que nunca lo notemos.